diciembre 9, 2014 Postres, Recetas 4 comentarios

Dice el texto original de Santa Hildegarda de Bingen:

«Que la persona pulverice nuez moscada y el mismo peso de canela y algo menos de clavo. Prepare tortitas con ese polvo, flor de harina de espelta y un poco de agua y cómalas a menudo y le ahogarán toda la amargura del corazón y de su espíritu y le abrirán sus embotados sentidos, le alegrarán el espíritu y le disminuirán todos sus humores nocivos».
Santa Hildegarda de Bingen

Ingredientes:

    • 22 gr de nuez moscada molida en polvo.
    • 22 gr de canela molida en polvo.
    • 5 gr de clavo molido en polvo.
    • 750 gr de harina de espelta (toda blanca o mejor, 500 gr blanca y 250 gr integral)
    • 300 gr de azúcar de caña.
    • 250 gr de mantequilla (o también aceite de coco)
    • 200 gr de almendras molidas.
    • 1 pizca de sal.
    • 2 huevos (solo las yemas)

Preparación:

Se mezclan primero las especias con la harina en seco y luego se derrite la mantequilla, sin calentarla demasiado, y se mezcla con el azúcar y los huevos. Se mezcla todo y se amasa añadiendo un poco de agua (la que admita), para que la masa ya no se pegue a las manos.

Se extiende con el rodillo muy fina (3 mm), y se hacen galletitas con un molde como las de navidad. Con estos ingredientes salen unas 130-140 galletas (si os salen menos, es que las hacéis más grandes y entonces en lugar de 3 al día para los niños y 5 para un adulto, os reguláis según el tamaño que os haya salido)

Se colocan sobre papel de horno en una bandeja metálica y se hornean a 180º unos 10-15 minutos hasta que se doren.

Estas galletas de la alegría y la inteligencia, tienen un sabor excelente y deberían tenerse siempre a mano en la despensa.

Es un remedio para las personas que creen que se han metido en un callejón sin salida. En tales situaciones límite se embotan los sentidos, se siente uno amargado y no se ve solución por ninguna parte.

Junto a un análisis objetivo de la situación, el valor de asumir un riesgo en sentido positivo y la oración, estas galletas prestan también una ayuda adicional para salir del aprieto, puesto que, alegran, agudizan los sentidos, alejan la amargura del corazón y disminuyen todos los humores nocivos para el bienestar corporal.

La persona se vuelve previsora, ensancha su horizonte, y fortalecida de esta forma, puede encontrar una solución para sus problemas.

A los niños en edad escolar les ayuda mucho, sobre todo en casos de déficit de atención, pero Santa Hildegarda dice que no les demos más de 3 galletitas diarias para que «no se vuelvan demasiado pillos«.
Escrito por Casa Santa Hildegarda