mayo 29, 2017 Salud No hay comentarios

Santa Hildegarda, el insomnio y las pesadillas. ¿Qué nos aconseja para conciliar un sueño tranquilo y reparador?

Un sueño natural es el mejor remedio para tener buenos nervios y la condición previa para tener  buena salud. Durante la noche se regeneran los nervios. Una buena vida onírica recarga los nervios como se recarga  una batería descargada. Santa Hildegarda lo explica así en su libro Causae et Curae:

“Cuando el hombre duerme su médula (nerviosa) y sus nervios se  restauran  y se fortalecen y cuando está despierto  sus nervios se disminuyen y debilitan, como la luna crece en su fase creciente y se empequeñece en fase  menguante…. Si pues los nervios del  ser humano están cansados por el trabajo y agotados por el estado de vigilia, durante la noche, al hombre le entra el sueño y puede dormirse fácilmente porque el alma nota la necesidad el cuerpo”. (CC 81, 11-20)

Santa  Hildegarda también evoca todos los procesos de restauración-regeneración que se producen durante un sueño reparador (que serían bloqueados por la acción estupefaciente de un somnífero químico):

“Entonces en el sueño, el alma del ser humano revigoriza los nervios con todas sus fuerzas reagrupadas y así fortifica los huesos, regenera la sangre (hematopoyesis), renueva los tejidos, reúne los distintos miembros (regeneración del pericondrio)  y amplifica en el subconsciente la sabiduría y la ciencia del hombre…pero en el sueño la médula nerviosa se calienta porque entonces ella crece, se engorda y se clarifica”. (CC 81, 32-82, 4).

De manera que el sueño inducido por el efecto estupefaciente de un somnífero, no es un sueño reparador. Santa Hildegarda también  hizo  notar que la vida onírica depende mucho de nuestra preparación personal para conciliar el sueño y nuestra actitud  frente a él.  Los “restos” del día, los problemas no resueltos etc., pueden desembocar en pesadillas.

De ahí la gran importancia de los preparativos a realizar  antes de ir a dormir. Únicamente una disposición relajada y equilibrada nos puede garantizar buenos sueños. No es recomendable pues ni ver la televisión, ni leer cosas excitantes ni jugar a videojuegos estresantes etc., antes de ir a la cama. Es preferible  dar  un paseo para oxigenarse, leer un buen libro y, eventualmente,  eliminar los “restos” del día tomando un poco de  vino apagado (Pág. 197 del Manual de Medicina de Santa Hildegarda), que es muy eficaz para relajarnos.  Hay estímulos  relajantes que a, través de los sensores cutáneos, preparan al sueño como, por ejemplo, un baño caliente con lavanda, caminar pisando agua. Dormir sobre una piel de tejón,  o tener  junto a nuestra cabeza una almohadita de betónica, o poner debajo de la almohada una laja de jaspe rojo, pueden poner remedio  incluso a  casos de  insomnio crónico. Esta almohada colocada al lado de la cabeza es eficaz casi al 100% en tales perturbaciones  del sueño.

Además de  estos remedios “materiales” hay que tener en cuenta la parte espiritual: un dicho antiguo dice que uno no puede nunca irse a dormir sin haberse puesto en paz consigo mismo y con el mundo. Cada día deberíamos  acabarlo  como si fuera el último y fuéramos a encontrarnos con nuestro Dios Padre, creador del Cielo y de la Tierra  y cada mañana deberíamos comenzarla,  como si fuera la mañana  de nuestro  primer día, con una acción de gracias al Señor  por el don de la vida.

Os recordamos a todos los amigos de Santa Hildegarda que viváis cerca de Madrid, que el día 23 de enero, una parte del equipo de Casa Santa Hildegarda estaremos encantados de encontraros en la Jornada sobre Alimentación y Salud.

Escrito por Casa Santa Hildegarda